lunes, 3 de febrero de 2014

Los cerebros de Tilly



Una mujer que dejo su marca en la paleontología Otillie "Tilly" Edinger. Pionera en trabajos paleo neurología, más específicamente en los estudios de cerebros. Supo llevar el arduo trabajo en el campo y dedicarse de lleno a la investigación.
Nació en Frankfurt, Alemania el 13 de noviembre de 1897 . Proveniente de una familia acaudalada judía, era la menor de tres hijos.

Estudio en Universidades como Heidelberg y Múnich.  Realizo su doctorado en la Universidad de Frankfurt en 1921, con un brillante trabajo sobre el cráneo de un reptil fósil, Nothosaurus.
Pese al poco apoyo de sus padres por su carrera profesional en los fósiles. Continuo trabajando primero como asistente no remunerado hasta que en 1927 se convirtió en curador del Museo de Senckenberg.
Cuando los nazis llegan al poder en 1933, Tilly encuentra dificultades por ser judía,  pese a esto continua trabajando 5 años más, su placa fue retirada de la puerta de su oficina, y a menudo se vio forzada a usar la entrada lateral. Soporto esta humillaciones para poder mantenerse cerca de sus amados fósiles.
Hasta que en 1938 en Museo la despide y viaja a Inglaterra en 1939 en espera de una visa estadounidenses. Para sobrevivir  traduce documentos médicos del alemán al inglés.
El Museo de Zoología comparada de la Universidad de Harvard en reconocimientos a sus trabajos científicos le ofreció un puesto. Es así como llega en 1940 a Estados Unidos, 5 años más tarde se convierte en ciudadana de dicho país.
Continuo sus trabajos como pionera en cerebros fósiles, con la publicación de su primer libro la evolución del cerebro del caballo y muchos artículos controvertidos.
Fue presidente de Society Vertebrate of Paleontology (1963-1964). Obtuvo doctorados honoris causa de Wellesey Collegue, de la Universidad de Giessen y la Universidad de Frankfurt.
La mayor parte de su carrera la dedico a la investigación.  Una mujer de buen corazón con carácter fuerte y obstinado, una luchadora neta.
Tilly murió el 26 de mayo de 1967, a los 69 años de edad, en sus últimos años padeció una sordera aguda que le impidió comunicarse con sus colegas, pero pese a esto siguió publicando trabajos. Lamentablemente esta sordera causo su muerte, ya que no escucho el camión que la atropello a la salida de la Universidad.

Por Paola Echecury

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