sábado, 22 de diciembre de 2012

Felices Fiestas!!!



Una mujer salió de su casa y vio a tres ancianos sentados en la calle.
Y pensó: Deben estar hambrientos, entonces les dijo: Por favor, entren a mi casa y les daré algo de comer.
Ellos preguntaron: ¿Está el hombre de la casa presente?.
No dijo ella él está en su trabajo.
Entonces no podemos entrar.
Al anochecer, cuando su esposo llegó a casa, le contó lo que había ocurrido: Ve a decirles que ya estoy en casa e invítalos a entrar. La mujer salió e invitó a los tres hombres:
Nosotros no entramos a ninguna casa juntos, contestaron.
¿Por qué?, quiso saber la mujer.
Uno de los ancianos señalando a otro de ellos explicó:
Su nombre es abundancia, y luego señalando a otro dijo:
Y él es Éxito, y yo soy Amor. Ahora entra a tu casa y pregúntale a tu esposo a cuál de nosotros quiere invitar.
La mujer le contó a su esposo lo que le habían dicho.
Ya que este es el caso, invitemos a Abundancia, y que llene nuestra casa con Abundancia, dijo el esposo.
¿Y por qué no invitamos a Éxito?, le respondió su esposa.
Y así, cambiaron ideas hasta que su pequeña hija que estaba escuchando sugirió: ¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestra casa se llenaría de Amor...
Sigamos el consejo de nuestra hija dijeron los dos que Amor sea nuestro invitado.
La mujer salió y le preguntó a los tres ancianos: ¿Quién de ustedes es Amor? Por favor, entre, es usted nuestro invitado.
Amor se levantó y empezó a caminar hacia la casa, los otros dos se pararon y lo siguieron.
Sorprendida, la señora le preguntó a Abundancia y a Éxito:
¿No es que los tres juntos no podían entrar? Si sólo he invitado a Amor, ¿por qué vienen ustedes también?.
Los ancianos entonces hablaron: Si hubieras invitado a Abundancia o Éxito, nosotros dos nos hubiéramos quedado afuera, pero como invitaste a Amor, a dondequiera que él vaya, vamos nosotros con él. Porque sólo donde hay verdadero Amor puede llegar la Abundancia y el Éxito.

 

sábado, 15 de diciembre de 2012

La Sabiduría de escuchar



Seguimos en el mes de documentales donde conoceremos a diferentes directores del género
Jorge Prelorán nació en Buenos Aires el 28 de mayo de 1933. Y murió en Culver City, Estados Unidos el 28 de marzo de 2009.
Prelorán es uno de los directores más prolíferos que ha dado el cine de Argentina.
En este país es considerado uno de los padres del cine documental.  Y paradójicamente  la mayor parte de su obra no es conocida.
Un maestro a la hora de reflejar las etnobiografias.  Su estilo es único en el campo del documental, tiene la particularidad de dejar hablar a sus protagonistas,  son ellos los que cuentan su historia siempre utilizando el sonido asincrónico, casi nunca en combinación directa con imagen.  Sus películas son unipersonales, técnicamente cuidadas, filmadas durante años, en donde el objetivo es transmitir a la persona filmada.
Un dato muy curioso es que con más de 60 películas en su filmografía. Y con haber alcanzado la codiciada nominación a los premios Oscar (1980) ninguna de sus películas fueron exhibidas comercialmente.
En marzo del 2005 el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata le entregó el Astor de Oro a la trayectoria.
Pero que tiene que ver Jorge Prelorán con la Paleontología? En 1992 filma una miniserie "Patagonia en busca de su remoto pasado" compuesto por siete documentales de divulgación científica.
"Patagonia en busca de su pasado remoto" es un viaje a través  de 400 millones de años. Los protagonistas son investigadores y técnicos que trabajan en la producción y transmisión del conocimiento. Los espectadores verán a una gran variedad de especialistas  en Ciencias de la Tierra trabajando en escenarios habituales en Patagonia, al mismo tiempo se aprecia el trabajo en acción, el trabajo interdisciplinario. El cual permite armar un rompecabezas del pasado de Patagonia.
Jorge Prelorán es la sabiduría de saber escuchar, dejo que sus historia cobraran vida, los protagonistas de sus películas fueron ellos mismos, no antepuso su visión de los hechos, supo respetar la opinión de los demás, y en ese respeto encontró la esencia del documental, documentalista no se hace se nace. No es mostrar hecho en un determinado lugar. Eso es un registro visual. Un documental tiene transmitir sensaciones, añorar recuerdos y evocar momentos, poder sentirnos parte de la vida de otro aunque sea tan solo por un momento.
Para  conocer un poco más a Jorge Prelorán.

FILMOGRAFIA
Una selección destacada de sus largometrajes y cortometrajes:
Zulay frente al Siglo XXI (1992)
Patagonia: en busca de su remoto pasado (miniserie, 1992)
Mi tía Nora (1983)
Castelao (Biografía de un ilustre gallego) (1980) 
Luther Metke at 94 (Nominada al Oscar, 1979)
Los hijos de Zerda (1978)
Cochengo Miranda (1975) 
La iglesia de Yavi (1975)
Valle fértil (1972) 
Damacio Caitruz (1971)
Medardo Pantoja (1969) 
Hermógenes Cayo (1969)
Iruya (1968)
Señalada en Juella (1968) 
Ocurrido en Hualfín (codirigida con Raymundo Gleyzer, 1967)
Chucalezna (1966) 
Quilino (1966) 
Muerte, no seas orgullosa (1961)
Venganza (1954)  

Por Paola Echecury 

Trailer "Patagonia en busca de su pasado remoto"
 

viernes, 7 de diciembre de 2012

El Padre del Documental



Robert Joseph Flaherty nació el 16 de febrero de 1884 en Iron Mountain, Michigan. Era hijo de un ingeniero de minas desde pequeño acompañó a su padre en las expediciones de prospecciones en la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Se tituló en ingeniería de Minas en la Universidad de Michigan, y esta profesión lo llevó a las tierras árticas para realizar trabajos de cartografía.
La Fundación Mackenzie financió cuatro expediciones a la bahía de Hudson, en Canadá, donde se desempeño como explorador, cartógrafo y geólogo. Ayudo a establecer la situación de las islas Belcher, en la bahía de Hudson, por lo que una de ellas recibió el nombre de isla Flaherty.
En su tercera expedición, el industrial canadiense William MacKenzie le sugirió que llevara una cámara cinematográfica, un artefacto nuevo y curioso en aquellos tiempos, con la que dejaría constancia visual de sus descubrimientos, cosa que agradó mucho a Flaherty ya que le permitiría complementar sus apuntes con los que pensaba escribir una novela, una especie de diario de viaje.  También le pidió que trazase un mapa del territorio y, lo que fue más importante, que trabase relaciones amistosas con los esquimales que lo poblaban.
La mirada inocente de aquel explorador, geógrafo y aficionado a la Antropología estaba a punto de hacer nacer una nueva forma de cine. En aquellos meses que vivió en el Ártico, no solamente se interesó por el paisaje, sino también por las costumbres de sus habitantes, aspectos que decidió plasmar utilizando la cámara cinematográfica.
En esa exploración, Flaherty rodó más de 8.400 metros de película, tres años de trabajo, que lamentablemente se incendió en la sala de montaje al dejar caer una colilla de cigarrillo al suelo. Según él, eso fue lo que lo salvó, pues se trataba de un material totalmente «amateur», eran escenas sueltas, sin relación entre sí. sin ningún hilo conductor.
Flaherty volvió nuevamente con más ganas filmar pero esta vez con las ideas más claras y con algunos conocimientos cinematográficos más, ya que la primera vez se lanzo a esta aventura con tan sólo un curso de tres semanas para manejar la cámara.
Su capacidad de observación se plasmo en el lente de la cámara Bell and Howell que había llevado. Aprendió los principios básicos del rodaje bajo la cegadora luz del Ártico cubierto de nieve y hielo. Pero la única forma de comprender a los esquimales era vivir entre ellos  y el resultado de esta convivencia es la mayor obra del explorador-director, pero esto se logro con casi 10 años de trabajo en el Ártico.
Durante su convivencia con los Inuit tuvo un romance con su actriz principal, de este romance nació su hijo, Josephie, a quien nunca reconoció.  Quizás a veces por ser parte de esa historia , uno se apasiona tanto y se involucra demasiado, pero esto es como la famosa frase No te enamores de tus propias escenas,  pero quien puede quedar exento de eso.
Flaherty exhibía sus películas en reuniones de diferentes sociedades geográficas, pero con el desconsuelo de que al público le interesaba más la belleza de los paisajes que la realidad del pueblo esquimal. Entonces un día decidió dar sentido esas imágenes al centrarse en la vida cotidiana de un grupo familiar, mostrando su adaptación al medio y sus costumbres típicas.  Para esto volvió al Ártico por quinta y última expedición, financiada esta vez por la empresa peletera francesa Révillon Fréres y el resultado fue una película cuidadosamente pensada y realizada, Nanook of the North (1922), rodada en la región nororiental de la Bahía de Hudson a lo largo de 1920. Se usaron 21.000 metros de película virgen, aparte de los medios necesarios para revelar y proyectar el material rodado en aquellos desérticos lugares, y se aseguró la cooperación de Nanuk y de un pequeño grupo de ayudantes esquimales.  
Nanook el esquimal es el primer documental de largometraje que se distribuyó comercialmente. No había un guión previo a fin de no condicionar los hechos y la disposición de anécdotas merced a un elemento exterior.

Flaherty portaba consigo un laboratorio móvil a fin de comprobar la calidad del material de cada día, que proyectaba a los esquimales (que nunca antes habían contemplado las imágenes del cinematógrafo) obteniendo de éstos una complicidad cada vez mayor en el film. Ninguna distribuidora de los Estados Unidos se atrevió a encargarse de la carrera comercial de la película, y fue Europa, gracias a la empresa Pathé, la primera en apreciar y consagrar de inmediato a Nanook.

El éxito de la película en Europa hizo que la Paramount financiara a Flaherty para realizar otra película de similar estilo, pero Moana nunca alcanzo el éxito de Nanook.

Robert Flaherty murió en 1951, en Dummerston, Vermont, Estados Unidos.  Es considerado el padre del Documental y nos dejo como legado un género nuevo en el cine.  Era amante de la aventura, los lugares inhóspitos, los ríos salvajes, la geología del lugar y la naturaleza. 
                                                                                                                                                                                                                                    Paola Echecury